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Colonialidad y Salud Mental en América Latina: Una Reflexión Necesaria

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Colonialidad y Salud Mental

La historia de América Latina está profundamente marcada por procesos de dominación que van más allá de la mera ocupación territorial. Comprender la colonialidad es fundamental para psiquiatras y sociólogos en la región, ya que sus efectos resuenan en la salud mental comunitaria y en las esferas personal, profesional, laboral, comunitaria y política.

¿Qué es la Colonialidad y en qué se Diferencia del Colonialismo?

La colonialidad se refiere a un patrón de poder ideológico y de dominación que persiste incluso después de que termina el colonialismo en su forma directa. Es la "cara oculta de la modernidad" y un modelo civilizatorio impuesto junto al capitalismo. No es simplemente un acontecimiento histórico, sino un proceso de larga duración de dominación política, ideológica y cultural que se inició en América Latina con la llegada de los ibéricos en el siglo XV y continúa hasta la fecha.

A diferencia del colonialismo, que es una dominación directa (política, social, cultural y militar) de un pueblo sobre otro, la colonialidad opera de manera "encubierta". Mientras el colonialismo implicaba la ocupación y administración territorial, la colonialidad se manifiesta en la imposición de relaciones de poder, la configuración del saber, y la intervención en las subjetividades e intersubjetividades para generar una "falsa conciencia". El colonialismo es la forma histórica y el régimen político-económico, mientras que la colonialidad es la lógica subyacente de dominación que trasciende el fin de las administraciones coloniales directas.

Enrique Dussel, citado en uno de los documentos, describe la colonialidad como el proceso donde un sujeto conquistador desplaza al "otro" del centro de la relación social, transformándolo en una relación material y de posesión. Implica la dominación sobre un espacio geográfico y, en los individuos, sobre su imaginario, forma de vida y concepción del mundo.

¿Qué es la Colonialidad del Poder, del Saber y del Ser?

La colonialidad se desglosa en diferentes dimensiones que operan de manera interconectada:

  • Colonialidad del Poder: Se refiere a un patrón global de poder que se articula en torno a la idea de "raza" como criterio fundamental de clasificación social. Esta clasificación organiza a la población mundial en identidades jerárquicas que otorgan privilegios a unos y subordinan a otros, legitimando relaciones de dominación y explotación. Ramón Grosfoguel (2006) sostiene que la idea de raza y racismo son constitutivos del capitalismo global. Este patrón de poder se impuso en América desde la conquista, estableciendo un nuevo orden estructurado sobre filosofías políticas absolutistas y jerarquías raciales, con los europeos en la cima, seguidos por los criollos y luego todas las demás castas.

  • Colonialidad del Saber (o Conocimiento): Implica la imposición de un sistema de conocimiento hegemónico (eurocéntrico y occidental) que descalifica y subordina otras formas de saber, llevando a un "epistemicidio". Esto significa despojar a los pueblos de su propia forma de conocimiento y control sobre la producción del mismo. Por ejemplo, la escolástica en la primera etapa colonial, y luego la racionalidad científica y el positivismo en la segunda, subvirtieron las formas de construcción de conocimiento indígenas, aproximándolas a su extinción. Las ciencias importadas como la medicina y la química justificaron científicamente la aniquilación de la medicina tradicional, el arte y la cosmovisión indígena.

  • Colonialidad del Ser: Afecta la subjetividad y la intersubjetividad de las personas, moldeando su auto-percepción y su identidad de acuerdo con los parámetros impuestos por la cultura dominante. Busca "deshumanizar" a los sometidos, liquidar sus tradiciones, sustituir sus lenguas y destruir su cultura. Frantz Fanon, psiquiatra, estudió la "conducta enajenada" de los colonizados y cómo se les programa mentalmente para actuar servilmente, lo que denominó "colonialidad" como fenómeno de enajenación cultural. Este proceso puede llevar a la vergüenza y el miedo, desintegrando la persona.

Incidencia y Aplicación de la Colonialidad en la Salud Mental Comunitaria y en la Práctica Personal, Profesional, Laboral, Comunitaria y Política

La colonialidad ha sembrado un transitar histórico social de sufrimiento, genocidio, etnocidio, ecocidio y epistemicidio durante cinco siglos de dominación. Esta historia tiene profundas implicaciones para la salud mental en América Latina:

  • Salud Mental Comunitaria: La colonialidad ha contribuido a la exclusión comunitaria y las desigualdades sociales, que son determinantes de la salud mental. El "pensar psiquiátrico" tradicional, en muchas ocasiones, ha sido impuesto por la colonialidad del saber de la modernidad capitalista occidental, lo que implica una disciplina de control sobre los pueblos. La salud mental colectiva y decolonial busca superar un pensamiento psiquiátrico que ha sido "angelical, incorpóreo" como el de Descartes, y que ha justificado la deshumanización y exclusión de diversos grupos (negros, indígenas, locos, migrantes, LGTB) al considerarlos "mentes desviadas incorpóreas y sin alma".

  • Práctica Personal y Profesional: El profesional de la salud mental en América Latina, al ser "hijo de pueblos conquistados, colonizados y colonializados", hereda puntos ciegos debido a la herencia colonial. La formación profesional ha estado permeada por un saber impuesto por la colonialidad, lo que requiere un esfuerzo consciente para reflexionar y desaprender estas estructuras. Esto implica desarrollar una "autoconciencia" y "conciencia colectiva" de nuestro pasado. Es crucial cuestionar las ideas y hasta la propia existencia impuestas por la colonialidad.

  • Práctica Laboral: Las relaciones de trabajo/naturaleza bajo el patrón de poder ideológico y global de dominación/explotación son una manifestación de la colonialidad. Esto se traduce en condiciones laborales que pueden ser alienantes y explotadoras, afectando el bienestar mental de los individuos.

  • Práctica Comunitaria: La colonialidad del ser incide en la forma en que las comunidades se perciben a sí mismas y se relacionan. La deshumanización y la destrucción de culturas afectan los lazos sociales y la resiliencia comunitaria. La salud mental comunitaria, desde una perspectiva decolonial, debe promover la construcción de entornos responsables, saludables y armónicos, sustentados en la ética comunitaria, para superar convivencias poco participativas o conflictivas.

  • Práctica Política: La colonialidad ha justificado la intromisión y dominación política de potencias externas en América Latina. Los movimientos de liberación y las revoluciones han sido respuestas anti-colonialistas, buscando la confrontación epistemológica contra la dominación. El pensar en salud mental colectiva y decolonial es un acto político de resistencia y de búsqueda de la "Nuestra América", una idea que reivindica la identidad latinoamericana y su pasado cultural común. Esto implica una lucha contra las políticas de subdesarrollo generadas por la burguesía dominante que opera bajo la lógica de la colonialidad.

En resumen, la colonialidad no es un mero concepto histórico, sino una estructura de dominación multifacética que sigue afectando profundamente las sociedades latinoamericanas. Abordarla desde la psiquiatría y la sociología implica reconocer sus impactos en la salud mental, deconstruir los saberes impuestos y trabajar activamente por prácticas más justas, equitativas y liberadoras que promuevan el bienestar integral de nuestras comunidades.

Autor: Juan Carlos Alvarez, Residente de Psiquiatría


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