Los Grupos Operativos, con su particular dinámica centrada en la tarea, el ECRO y sus roles específicos, se erigen como un pilar fundamental para la promoción de la salud mental colectiva y la construcción del Buen Vivir en nuestras comunidades.
Lejos de ser meras reuniones, son espacios diseñados para el aprendizaje mutuo, la resolución de problemas y la transformación social, resonando profundamente con la idea de que "las cosas cambian porque mucha gente trabaja mucho" (Noam Chomsky).
La Tarea como Brújula
El concepto central que distingue al Grupo Operativo de cualquier otra forma de interacción grupal es la tarea. No se trata de un simple objetivo a cumplir, sino del eje articulador que moviliza al grupo.
Pichón Rivière la define como el "nudo" que el grupo debe desatar, el problema o la situación a la que se enfrenta y que lo convoca. Desde mi perspectiva, la fuerza de esta concepción radica en su doble dimensión: una tarea explícita, que es el objetivo concreto a resolver (ej., la apatía juvenil en un barrio, la mejora de espacios comunitarios, la gestión de un problema de salud), y una tarea implícita, que se refiere a las ansiedades, resistencias y fantasías inconscientes que surgen en el grupo y que deben ser elaboradas para que la tarea explícita pueda avanzar.
La psiquiatría tradicional, a menudo centrada en la patología individual, podría ver un grupo de personas reunidas como una suma de casos. Sin embargo, el Grupo Operativo ve en ese colectivo un potencial de aprendizaje y acción transformadora.
La tarea no es impuesta, sino que emerge o es asumida por el propio grupo, lo que fomenta el compromiso y la apropiación. En mi práctica o en el contexto comunitario, esto significa que, ante un problema, en lugar de prescribir soluciones, la clave es convocar al grupo a "apropiarse" del problema y a reconocerlo como una "tarea" compartida que requiere de su acción conjunta.
La Lente Colectiva que Moldea la Realidad
Otro pilar fundamental del Grupo Operativo es el Esquema Conceptual, Referencial y Operativo (ECRO). Este concepto, quizás el más denso de Pichón Rivière, se refiere al conjunto de conocimientos, valores, experiencias y prejuicios (tanto conscientes como inconscientes) que cada individuo y el grupo en su conjunto poseen para interpretar y operar sobre la realidad. Es la "lente" a través de la cual el grupo percibe, siente y actúa.En un Grupo Operativo, el ECRO no es estático; se construye, se confronta y se enriquece dialécticamente. La interacción constante, el debate, el disenso y la resolución de conflictos permiten que el ECRO individual y grupal se modifiquen, generando una comprensión más profunda y operativa de la realidad.
Esto es vital para la salud mental comunitaria, pues a menudo las comunidades pueden estar atrapadas en ECROs que perpetúan ciclos de pasividad, victimización o desesperanza. Un Grupo Operativo facilita la transformación del ECRO grupal, permitiendo que surjan nuevas formas de pensar, sentir y actuar frente a los desafíos. Es aquí donde se gesta ese conocimiento contrahegemónico, que desafía las verdades impuestas y valora los saberes populares y las experiencias locales.
Orquestando el Aprendizaje y la Acción
La dinámica del Grupo Operativo se orquesta a través de roles específicos: el Coordinador y el Observador, además de los Miembros del Grupo.El Coordinador no es un director, sino un facilitador que ayuda al grupo a explicitar la tarea, a señalar las ansiedades (miedo a la pérdida de lo conocido y miedo al ataque de lo nuevo) y las resistencias que impiden el avance, y a mantener el foco en la tarea. Su rol es, en esencia, catalizador del aprendizaje y del cambio. El Observador, por su parte, registra las dinámicas del grupo, brindando una mirada externa que enriquece la reflexión colectiva.
En mi práctica profesional, laboral o comunitaria, adoptar la perspectiva del Grupo Operativo implica un cambio de paradigma. En lugar de ofrecer soluciones preestablecidas, el rol se convierte en el de un acompañante que facilita la emergencia de las propias capacidades del grupo.
Se trata de reconocer que "si has venido a ayudarme, pierdes tu tiempo, pero si has venido porque tu liberación está ligada a la mía, entonces trabajemos juntos" (Lila Watson). Esta frase encapsula la esencia del Grupo Operativo: la salud mental no se "da", se construye colectivamente a través de la participación activa y el compromiso mutuo.
Impacto en la Salud Mental Comunitaria y el Buen Vivir
La aplicación de los Grupos Operativos en la salud mental comunitaria tiene un potencial inmenso:
Primero, despsiquiatriza el malestar, al reconocer que muchos problemas de salud mental son respuestas a condiciones sociales injustas y no meras patologías individuales.
Segundo, fomenta el empoderamiento, al devolver a las comunidades la capacidad de analizar sus problemas, generar sus propias soluciones y actuar sobre ellos.
Tercero, construye redes de apoyo y cohesión social, esenciales para el bienestar colectivo y la resiliencia comunitaria.
Los Grupos Operativos son un espacio donde se practica el sentipensar: integrar la reflexión crítica con la emoción y la acción.
En un contexto como el nuestro, donde la crisis civilizatoria se manifiesta en múltiples niveles, los Grupos Operativos pueden ser incubadoras de soluciones adaptadas localmente, promoviendo el Buen Vivir al centrarse no solo en la ausencia de enfermedad, sino en la plenitud de vida, la armonía y la justicia social.
Son un ejemplo de cómo la investig-acción y la educ-acción se fusionan en una práctica transformadora, generando conocimientos que desafían el statu quo y movilizan a las comunidades hacia su propia liberación y bienestar.
Hacia una Psiquiatría y un Trabajo Comunitario Emancipadores
Los Grupos Operativos de Pichón Rivière no son solo una metodología; son una filosofía de trabajo que nos reta a repensar nuestra intervención en la salud mental y en el ámbito comunitario. Nos obligan a salir de la comodidad del saber hegemónico y a comprometernos con la práctica transformadora.Como profesionales de la salud mental, adoptar este enfoque significa reconocer que el verdadero cambio emerge de la interacción dialéctica, del diálogo de saberes y de la acción colectiva. Es una invitación a ser "maestros militantes", con esa "legítima rabia, con una justa ira, con una indignación necesaria" (Paulo Freire), que nos impulsa a buscar transformaciones sociales profundas.
En definitiva, los Grupos Operativos nos ofrecen una ruta clara para construir una salud mental colectiva y un Buen Vivir que sean verdaderamente emancipadores, forjados desde y para la comunidad.